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Edición No. 34

Portada de la revista Global No. 34

La marcha de Haití

 

El sismo que afectó Haití tuvo grandes consecuencias físicas, económicas y sociales. Este fenómeno alcanzó una fuerza tal que puede decirse que destruyó Puerto Príncipe
y sus alrededores. En ese instante, se ha tenido que reconocer que la República Dominicana dejó atrás el pasado y asumió el presente sin titubeo; así fue pronta en llegar y sigue ahí junto a sus sufridos vecinos.


Nuestro país fue el primero no solo en llegar, con Leonel Fernández a la cabeza, sino en aportar lo poco que tiene y proponer a los países del mundo ayudar al restablecimiento de Haití; con su aporte en la medida de sus posibilidades, dio el ejemplo. Y a eso siguió la primera conferencia (mundial) convocada por nosotros, y así seguimos con variadas propuestas y acciones hasta la segunda conferencia, casi por empezar.


En lo social, el estremecimiento fue mayor que el de la tierra. No se pensó para nada en el pasado, no se tuvieron en cuenta las posiciones socioeconómicas y sociales, no se miraron las distinciones basadas en el color de la piel. Una sola cosa se tuvo en cuenta: se trataba de seres humanos que sufrían a nuestro lado, que era necesario ayudar. Y desde entonces hasta hoy se descubren nuevas cosas que nos unen.


En esta edición de Global damos una mirada de conjunto a Haití a tres meses de los acontecimientos que sumieron a toda la isla en un gran dolor. Para hacerlo, Carlos Dore Cabral comienza con un resumen de un compendio histórico social de la República Dominicana, que incluye la vista de los dominicanos desde distintos ángulos de Haití. Javier Valdivia Oleachea, peruano que lleva 15 años gozando y sufriendo en esta isla, nos entrega “Haití en el siglo XXI”. Magda y Ernst Mathurin explican desde sus tripas (lo sentían desde la Republica Dominicana) los primeros momentos de la tragedia.


La dominicana Paloma Rivera, hija de Octavio Rivera, con apenas 24 años explica con la mayor naturalidad del mundo cómo se convirtió en una heroína de carne y hueso, conocida por todos los damnificados y mencionada en publicaciones extranjeras como The New York Times y New Yorker.


Un haitiano, Joseph Harold Pierre, y un dominicano, David Álvarez Martín, dan cuenta de las nuevas relaciones fraternas entre los ciudadanos de la isla. Gabriela Santoni Bisonó, desde el Observatorio Político Dominicano, ve y pone en claro cómo se trata de falsear el esfuerzo de los países vecinos, y cómo los detractores salen finalmente derrotados. Delia Blanco, para quien todo lo que piensa y escribe es lucha, nos muestra que para la generalidad de los haitianos también lo es. Los fotógrafos Alina Vargas, Orlando Ramos y Máximo del Castillo retratan brevemente tres etapas del Haití de los últimos cuatro meses.

 

Por último, Rubén Silié, embajador dominicano en Haití, aporta su testimonio sobre lo que se ha vivido en el país vecino, desde el terremoto hasta hoy. Así marcha el “terremoto en las relaciones binacionales”, tal como lo pronosticó Fernández y como lo reafirma Silié en su testimonio.

 

Carlos Dore Cabral

 

 

Contenido
 
Entrevista a Paloma Rivera

La joven dominicana ha saltado a la fama internacional por su ayuda y la colocación con el pueblo haitiano. Llegó a Puerto Príncipe tras la tragedia y aún permanece en el país ordenando los campamentos de los damnificados tras el terremoto del 12 de enero de 2010.

Una isla y dos ángulos en contrapunto

El sismo del 12 de enero de 2010, que destruyó Puerto Príncipe, parece contribuir a una nueva era de relaciones fraternas entre Haití y la República Dominica; no obstante, hay que tomar en cuenta el conjunto de factores históricos que influyen sobre ambas sociedades y Estados para ponderar de manera realista un escensario donde el conflicto deje espacio a la solidaridad y el desarrollo compartido.

Haití, la fuerza de la creatividad

La primera nación negra del mundo ha ganado un espacio excepcional gracias al talento creativo de su pueblo y a la herencia plástica y visual de sus maestros naifs. Más allá de su potencial artístico popular, la intelectualidad haitiana se ha convertido en una auténtica embajada de defensa de su pueblo por las acciones de su diáspora activa y solidaria. Repartidos por el mundo, los artistas haitianos, escritores, dramaturgos, poetas y académicos, han mantenido de pie y viva la realidad de su pueblo a través de sus diversas creaciones.

 
Crónica Fotográfica: Haití 2010

Tras la tragedia del 12 de enero de 2010, las cámaras fotográficas reconstruyeron el desastre para los ojos atónitos del mundo. Puerto Príncipe, devastada, un saldo de más de 200,000 víctimas, una cifra incalculable de damnificados. Las imágenes toman voz.

Las ideas de un festival

Un compendio de historia de las ideas políticas dominicanas, que abarca desde la primera República a la postmodernidad, está contenido en el libro Retrospectiva y perspectiva del pensamiento político dominicano, fruto de los ocho paneles del Festival de las Ideas. Los autores validan que la sociedad no ha dejado de pensarse ni de observar su epidermis.

El vecino de la esperanza

La crónica de la cooperación de la República Dominicana con el vecino Haití, tras el terremoto del 12 de enero, enrostra debilidades de la élite y clase política haitiana, así como de quienes han sembrado un distanciamiento histórico entre ambas naciones.

 
Prensa internacional y terremoto en Haití: una agenda derrotada por la realidad

En medio del caos y la destrucción, dominicanos y haitianos empezaron la titánica tarea de rescate. Sin embargo, una parte de la prensa internacional, especialmente europea, informaba todo lo contrario. Debemos cuidar al máximo una relación tan tortuosa que felizmente empieza a recorrer el camino de la reconciliación definitiva.

Algo ha cambiado en la isla después del terremoto: un testimonio

El testimonio del embajador dominicano en Haití explica cómo la tragedia del 12 de enero de 2010 se convierte en una oportunidad de un rencuentro entre la República de Haití y la República Dominicana. La ayuda dominicana, sostenida y puntual, es el primer paso para las nuevas relaciones bilaterales, pero aún es necesario construir una agenda de desarrollo entre ambas naciones.

Haití en el siglo XXI

El país más pobre del continente está ante una etapa crucial de su historia. Dos siglos de explotación desmesurada de los recursos naturales y de casi una permanente inestabilidad política, salvo casos excepcionales, además de períodos de cruentas dictaduras, dejaron en esta nación una marca indeleble que los haitianos están llamados a borrar. El propósito: que su nación, entrado ya el nuevo milenio, se consolide; que su Estado, por el bien del propio pueblo haitiano, por fin se fortalezca.

 
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